La piel grasa se produce cuando generamos
grandes cantidades de un aceite que es fundamental para humedecer nuestra piel
y que a su vez es algo imprescindible en nuestro cuerpo para protegernos de
agentes externos. Cuando lo tenemos en exceso nos puede llevar a problemas muy
conocidos como por ejemplo el acné, los puntos negros, brillantez de la piel
con sensación de suciedad… Por ello debemos mantener nuestra piel en las
mejores condiciones posibles. Muchas pueden ser las razones que nos lleven a
este problema: no descansar lo suficiente, llevar una dieta poco sana basada en
muchos alimentos grasientos, causas hereditarias, momentos de estrés… Así
comenzamos dando los primeros consejos, que son los de hacer lo contrario a lo
citado con anterioridad, es decir, llevar una dieta saludable, descansar o
evitar el estrés. Si todo esto lo cumplimos y a pesar de ello seguimos con este
inconveniente recurriremos a otros tratamientos. La solución pasa por hacer
mascarillas, y como daremos varias opciones escogeremos la que se adapte mejor
a los elementos que tengamos en casa. Empezando por la alternativa más
sencilla, si tenemos tomate en casa los podemos utilizar para esta causa.
Cogemos unos pocos tomates y lo trituramos para después aplicarlo como
mascarilla. Lo dejamos reposar durante un cuarto de hora y posteriormente lo
retiramos con agua. Podemos hacer lo mismo un par de veces a la semana y esto
nos ayudará mucho contra la piel grasa. La leche agria también es muy buena
para nutrir el cutis, por lo que si tenemos podemos mezclarlo con un poco de
limón y aplicarlo. Hablando del limón, éste es de los mejores elementos para la
piel por lo que siempre que preparemos alguna mascarilla lo podemos usar. Y
finalmente recomendamos la cáscara de naranja triturado con leche, todo
opciones asequibles.
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